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Según
la proposición del Simbolismo, la poesía es un acto de desentrañar
a partir del sistema de sugerencia que el poeta ha establecido como código
de la composición. No es el simple deleite intuitivo lo que importa,
sino el trabajo personal del lector que el poeta pretende transformar en
otro "hacedor". La intención del impacto, de choque, de
la poesía vanguardista, ha quedado atrás.
La proposición de Rosales es comunicar,
expresar, para reubicar al receptor en un proceso de concientización
metafórica partiendo desde la realidad (convencional) que acciona
como una fuerza envolvente y paralizante. La poesía se proclama como
una construcción que aflora desde el significante hacia el significado,
tal es la relación entre el título global del conjunto: Habitantes
del grito incompleto y sus tres partes: 1. "Territorio del grito",
2. "Condición de habitante", 3. "Muerte incompleta".
Esto responde a un orden lógico y progresivo.
Primero se delimita el territorio, el medio en el cual emisor-receptor se
desenvuelven. Después se marca la forma en que es ocupado por los
habitantes, sintetizando genéricamente en el singular, y por último
la concepción de la vida como una muerte progresiva. Cada una de
las partes recoge una porción del título: grito, habitante,
incompleto, pero en la nominización general el grito
ocupa un lugar central sugiriendo una idea de irradiación, de eco
circular que se expande por todo el conjunto. (...)
En sus tres partes, conforma una unidad temática,
meditada y elaboradamente poética en forma original y propia, afirmada
en el equilibrio de lo novedoso y trascendente.
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